viernes, 23 de mayo de 2008

IV El mayor dolor


Mis profesoras no entienden mi situación, y mi mamita mucho menos, yo la verdad no entiendo nada del trabajo de mi madre. Me ha tocado a mi solita averiguarme todo. Como ya sé donde trabaja mi mamá he ido algunas veces más, no sé si ella me ha visto pero hasta ahora no me ha dicho nada, ni me ha dado explicación de la situación.

Cada día que pasa entiendo mucho menos el trabajo de mi mamá, ahora que voy al bar y la espío, solo veo como un señor la regaña toda la noche, ella ya no llega muy contenta de su trabajo. Ahora no sólo es mi papá el que llega malgeniado a casa. Ella también.

Ya han pasado dos semanas, en las que he escuchado como mi madre llora en las noches. Debe ser porque su Jefe la regaña mucho. Pero ella se la pasa muy aburrida y de mal genio.

Ya me he aburrido de ir al bar a verla. En estos momentos ella esta muy triste, y no me gusta verla así. Me entristece también la forma en que la regañan. Así que prefiero quedarme en casa, como lo hacía anteriormente.

He decidido que mejor trataré de estar más cariñosa con mi mamá, para que ya no esté más triste. Esa mañana, le compre un rico chocolate a mi mamita y cuando llegó del trabajo se lo di con un besito. Me gusto mucho, porque después de dos semanas la vi sonreír nuevamente.

Esa mañana, como era sábado y no tenía que ir a estudiar, me fui con mi mamita al parque a jugar, pero sólo hasta las tres cuando ella ya se tenía que ir a trabajar. Yo me fui a casa y baile toda la tarde, pero igual tenía muchas ganas de que ella se quedara toda la tarde conmigo.

Mi sorpresa fue cuando la vi llegar nuevamente, era las cuatro y ella ya estaba en casa, su sonrisa era muy bonita. Me contó que ya no iba a trabajar más en el bar. Que ahora iba a estar conmigo para hacerme compañía. Yo me puse muy feliz, ella ya no estaba triste, y no iba a llorar más.

Esa tarde nos quedamos jugando hasta que llego mi papá, ahí la cara de mi madre cambió un poco. Salí corriendo a recibir a mi papá y contarle que mi mamá ya no iba a trabajar más. Mi padre solo se quedó callado y se encerró en el cuarto. No sé si le gusto la noticia o no, pero ni siquiera le dijo nada a mi mamá.

Estoy muy feliz de que mi mami ya este en casa. Desde que ella esta ahí tengo compañía y ella me consciente mucho. Además mi papá ya no me ha vuelto a demostrar cariño como lo hacía antes. Ahora solo me saluda como lo hace un papá normalmente.

Pero creo que a veces mi papá me quiere abrazar pero llega mamá y el ya no me abraza más. Todo seguía así hasta el martes de la semana siguiente, cuando Ana Lucía la amiga del trabajo de mi mamá va por ella a casa y se la lleva por un rato. Luego llega mi papá y al ver que no está mi papá nuevamente le dan ganas de abrazarme y besarme, yo creí que el ya no lo iba a volver a hacer, pero lo hizo nuevamente.

Me tenía encerrada en su cuarto, cuando se abre la puerta y era mi mamá. Ella parece que no sabía sobre las expresiones de cariño de mi padre. Solamente lo quitó de mi lado y lo golpeo mientras le gritaba: ¿por qué la niña? Yo me asusté mucho porque por primera vez vi como mi papá le pego horriblemente a mi madre. Ella me sacó inmediatamente del cuarto, pero igual seguí muy asustada así que llame a Carlitos.

Carlitos corrió hacia el cuarto de mis papás, pero no me dejó entrar. Luego de un rato escuché un golpe muy fuerte y junto a este un grito de dolor de Carlitos, inmediatamente mi madre salió del cuarto e hizo una llamada. Entré al cuarto y mi papá estaba en el suelo llorando, y Carlitos desmayado en piso, con lágrimas en sus ojos.

Mi mamá también lloraba, colgó el teléfono y entró a la habitación, cargo a Carlitos y se montó en un carro que había afuera. Entró a mi casa Amanda la vecina, y me llevó con ella a su casa. Yo sólo le preguntaba a ella que había pasado. Yo no entendía porque todos lloraban y por qué a Carlitos se lo habían llevado. Ella no me contestaba nada de nada.

Después de tanto llorar, me quedé dormida en el sofá de la vecina, en la noche escuché el teléfono. La vecina contestó muy preocupada y cuando colgó estaba llorando, inmediatamente me levanté y pregunté si era mi mamita, pero ella me dijo que si que ella estaba bien y que me mandaba muchos besos. Le pregunté por Carlitos y me dijo que ya mañana venían a casa, que no me preocupara. Después de esa noticia pude seguir durmiendo muy tranquila hasta el día siguiente.

Al otro día, Doña Amanda me dio un rico desayuno y me dijo que me bañara para que fuéramos a ver a mi hermanito y mi mamá. Me puse muy contenta y me arregle muy rápido y nos fuimos. Llegamos a la casa de mi abuelita Rosa, entré y mi mamita estaba sentada en la sala con ella, las salude con un fuerte abrazo, y ellas también, pero no podían evitar que salieran lágrimas de sus ojos. Pregunté por mi hermanito y ellas me llevaron a verlo.

Al entrar al cuarto donde estaba lo vi acostadito en la cama, estaba dormido. Mi mamá me explico que el estaba enfermito, que había tenido un problema con sus piernitas y que no podía volver a caminar. Yo no entendía por qué? Se me hacía muy extraña la situación. En ese momento Carlitos se levantó y me abrazó mientras lloraba. Yo lloraba con él. Carlitos estaba muy triste, me decía que ya no iba a poder volver a jugar fútbol.

Ese día dormimos en la casa de mi abuela, y al día siguiente vi como mi hermanito Carlitos llegaba al comedor en una silla que usan los abuelitos. Ahí me di cuenta de la tristeza de mi hermanito, era muy real que él ya no iba a poder volver a caminar.

No hay comentarios: