lunes, 4 de febrero de 2008





Mi nombre es Lucía Rodríguez, tengo 5 años y vivo con mi mamá, mi papá y mi hermanito Carlos de 10 años. Somos una familia de bajos recursos, pero muy unida, mis padres siempre me demuestran lo mucho que me quieren. Mi madre sale en las noches a trabajar y llega al amanecer, ella me dice que cuando sea más grande podré trabajar en lo mismo que ella, todavía no se en que trabaja pero me emociona bastante cuando crezca ser como mi madre. A mi padre lo quiero mucho pero no me gusta cuando entra la noche y el llega de trabajar. No entiendo porque le gusta verme desnuda y darme besos en todo el cuerpo, no me molesta, porque es mi padre, pero no me gusta mucho, no sé si mi madre lo sabe, pero él me dice que eso es un secreto de los dos y que de esa forma me demuestra lo mucho que me quiere. Mi hermanito también lo sabe pero no hace nada porque mi padre le golpearía, el prefiere encerrarse en su cuarto mientras mi padre se duerme.

Las seis de la mañana es mi hora preferida, es en la que mi padre se va a trabajar y llega mi madre, muy cansada por cierto, pero siempre con ganas de jugar y abrazarnos a mi hermanito y a mí. Nos da un desayuno y nos lleva a la escuela. En mi Jardín Ardillitas mis profesoras siempre me consienten, me enseñan muchas cosas nuevas, y a mi me encanta aprenderlas. En los descansos juego con todos mis amigos del jardín en especial con mi mejor amiga Susana que es de la misma edad mía. Jugamos a las muñecas, a la lleva, escondite y montamos en los jueguitos. Luego nos dejan hacer lo que más nos guste, entonces, yo me pongo a dibujar y pintar, gran parte de mis dibujos están pegados en las paredes de mi jardín ya que a mi padre no le gusta que los lleve a casa. Recuerdo mucho la última vez que le lleve uno de mis dibujos, ese día el llegó tarde y un poco malgeniado y lo único que hizo fue romperlo en mi cara mientras me golpeaba, ese día me sentí realmente triste porque no fui la única lastimada, también mi hermanito y mi madre salieron heridos.

Mi padre es un poco malgeniado, pero nosotros lo entendemos, porque su trabajo lo estresa demasiado. Los únicos días en que esta contento es cuando sale los fines de semana con sus amigos del barrio a la tienda de la esquina. El se pasa largas horas del día y la noche en esa tienda, nosotros lo observamos de lejos y se ve bastante feliz así que no lo molestamos. Claro que muy feliz y todo en las noches llega y nos despierta con su gritería, pasa 1 hora discutiendo con mi madre del trabajo. A él no le gusta que mi madre trabaje, pero ella lo hace para ayudarle a él con los gastos. De igual forma siguen y siguen discutiendo.

Mi hermanito y yo compartimos el cuarto, ya que mi casa solo tiene dos cuartos, un baño y una cocina, siempre he querido saber que se siente invitar a los amigos al cuarto propio o hacer la visita en una sala, o comer en una mesa con sillas y no en el suelo. Para cumplir algún día ese sueño yo ahorro la moneda de 500 que me da mi madre para ir a la escuela, aspiró que cuando tenga 15 años ya pueda regalarles a mis padres una mesita con sillas.

En el barrio conozco algunos niños, pero a mi padre casi no le gusta que salga con ellos, así que prefiero no salir mucho para evitar problemas. Pero cada tarde después de llegar de la escuela, me siento un rato en la ventana a verlos jugar, todos esos niños se divierten mucho, los observo por horas esperando a que lleguen las cuatro, hora en que Manuel sale a jugar. Manuel es un niño de 12 años, que me gusta mucho aunque se que es muy grande para mí. Me emociona bastante verlo jugar, él es el que mejor juega fútbol de todos los de la cuadra, además es muy caballero con las niñas y las defiende en todo momento. Manuel es muy amigo de mi hermano Carlitos, siempre andan juntos de arriba abajo. Aunque soy muy pequeña no pierdo las esperanzas con Manuel, porque el un día me dijo que cuando fuéramos más grandes el se iba a casar conmigo.

Como pueden ver soy una niña soñadora, con problemas familiares como todos pero muy feliz, esto es más o menos lo que es mi vida.

1 comentario:

Narrativas II dijo...

Ay, Dios. Es muy buena la historia, terrible, pero muy buena. Me encanta como manejas la ingenuidad de la niña ante la relación con el padre. Aquí comienza entonces la historia, algo va a desatar la crisis y el enredo en sí de la trama. Es ya tu labor.